Visita nocturna: “Arte para la eternidad: Heroínas”
Sor Ramona Ormazábal, Delfina Cubillas, Dolores Villanueva, Juana Aranguren y Carmen Amaya, protagonistas del segundo recital poético-musical nocturno en el cementerio
La religiosa, Sor Ramona Ormazábal; la cantante y locutora radiofónica, Delfina Cubillas Castro; la madre de la escritora Rosario de Acuña, Dolores Villanueva Elices; la sirvienta de la familia Escalante, Juana Aranguren Vega y la bailaora Carmen Amaya comparten no sólo su condición de mujer, sino la de «heroínas» que descansan todas ellas en el Cementerio de Ciriego, en Santander.
Cinco heroínas con un denominador común, su espíritu luchador, hilo conductor, además, del segundo recital poético-musical nocturno celebrado en el camposanto santanderino, bajo el título de «Retratos de mujeres ante la adversidad», un singular vía crucis, con cinco estaciones, en el que la historia, la poesía, la música y el baile compartieron protagonismo.
Esta nueva cita, organizada por el Ayuntamiento de Santander en colaboración con el Conservatorio Municipal «Ataulfo Argenta» y el Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria y patrocinada por el Grupo Cántabro, se enmarca dentro de la Semana para descubrir los cementerios europeos, promovida por ASCE (Association of Significant Cementeries in Europe), al que pertenece Ciriego. La cita contó con el escritor José Ramón Saiz Viadero, como maestro de ceremonias,
«Meditación» de la ópera Thais, interpretada al violín por Jorge Marabinidio la bienvenida al público asistente al evento que, hizo su primera parada ante el panteón de personalidades ilustres, donde descansan los restos de Sor Ramona Ormazábal, Hija de la Caridad y superiora del antiguo Hospital de San Rafael, conocida por haber socorrido a los afectados por las grandes catástrofes de la ciudad, como la epidemia de cólera de 1855 o la explosión del Cabo Machichaco.
Frente a su tumba, la primera estación «Heroína ante la catástrofe», la poeta Maribel Fernández recitó «Ella, la hija» e interpretó «The darck night of the soul», con letra de San Juan de la Cruz, acompañada a la guitarra por Pablo Alvear.
Aura Tazón, la bisnieta de Delfina Cubillas, cantó, a capela, uno de aquellos temas que de niña le escuchaba cantar a ella, la que fuera, además, la primera mujer que trabajó como locutora de radio durante la década de los años 30, en la segunda estación «Heroína de las ondas», donde Rosario de Gorostegui leyó un fragmento del poemario «Tic, tacto» y Miriam Cobo interpretó al oboe «Siciliana» de George Philipp.
La tercera estación «Heroína frente al amor», ubicada en el antiguo cementerio civil de Ciriego, estuvo dedicada a Dolores Villanueva Elices, madre de la escritora Rosario de Acuña. En ella, Marisa del Campo recitó el poema «Heroína frente al amor», mientras sonaban los acordes de «Vocalise» de Rachmaninov, interpretada al violonchelo por Andrés Marabini.
El taller de Música Imaginaria dirigido por Javier Laboreo realizó una singular «Improvisación de cocina» con tazas, cucharas, escobas, una botellae, incluso, un embudo, mientras Nieves Álvarez Martín ponía en escena «Vivirse en otras muertes», dando vida a Juana Aranguren Vega, sirvienta de la familia Escalante y protagonista de la cuarta estación «Heroína anónima».
El vía crucis nocturno concluyó, bajo la luz de las antorchas, en la quinta estación, «Heroína de la pasión», en recuerdo de la bailaora Carmen Amaya, que descansa en el Cementerio de Ciriego desde 1970 por expreso deseo de su marido.
En su honor, la poeta Gloria Ruiz recitó «Ay los volantes no duermen», acompañada a la guitarra por Ramón Fernández, quien también puso música a la actuación del cantaor Amador Dobarganes y la compañía de Carmen Armengou que interpretaron el espectáculo «Petenera».